Capítulo 110
«¿Podría haber una razón oculta por la que me gané el premio? ¿Me habrá ayudado Elías en esto? ¿No me gané esto con mis propias habilidades? El premio en efectivo se había incrementado de 10,000 a un millón; cualquier persona de afuera de la empresa puede que vea esto como un acto de generosidad de esta, pero ahora ya no parece tan simple como eso. Entre más lo pienso, más parece como si fuera un acto de Elías. Él incrementó el premio en efectivo con total intención, al igual que me dio la oportunidad de ganarmelo. Él está intentando devolverme el favor de manera indirecta».
Anastasia sintió que su cara se calentaba debido a que había una mezcla de vergüenza y enojo dentro de su cuerpo, así que salió de la sala de conferencias, pero no antes de tomar su celular de la mesa; a la salida, unas cuantas personas la felicitaron. Las cosas solian ir a la manera de Anastasia dentro de la empresa y también era una persona cercana al jefe, por lo que ningún miembro del personal tenía las agallas como para hacerla enojar; al contrario, cada uno de ellos
intentaba ganarse su aprobación.
Una vez que ella entró al elevador, presionó el botón que la llevaría al octavo piso sin pensarlo dos veces; ese era el nivel en el que estaba la oficina de Elías. Ella se encontró con Ray justo después de que las puertas se abrieran y le preguntó de inmediato:
–¿Elías se encuentra adentro?
–El presidente Palomares está… — Ray estaba a un segundo de preguntarle la razón por la que quería verlo, pero ella ya había abierto la puerta con un empujón. Un hombre apuesto estaba sentado en el sofá y levantó su mirada para ver a la mujer mientras jadeaba. Él la miró a los ojos con un aspecto tranquilo e impasible.
–¿Ocurre algo? – le preguntó.
– Dime, étuviste alguna involucración con la Competencia Internacional de Diseño de Joyería? — ella le preguntó con un tono interrogativo. A sus espaldas, Ray le echó una mirada preocupada; no obstante, Ray se giró y cerró la puerta que estaba detrás de él después de intercambiar miradas con Elías.
– Fernanda me dijo que ganaste en primer lugar en la competencia. Te felicito. –Elias entrecerró sus ojos por un momento antes de hablar. Había una única cosa que Anastasia quería saber en ese momento.
«Gané en primero lugar gracias a mis propias habilidades? Yo no sentiré que logré algo, en lo más minimo, si este tipo arregló todo para que yo ganara. No tendría significado este título».
–¿Acaso no tienes ni un poco de seguridad en ti misma? – Él encorvó sus labios para formar una gélida sonrisa burlona.
Le había marcado por teléfono a su padre antes de que la cena de celebración para pedirle si tenía tiempo para ir a recoger a Alejandro.
– Tengo una cena a la que debo asistir – le explicó. Había pasado bastante tiempo desde la última vez que Franco vio a su nieto, por lo que aceptó con gusto en ir a recoger a Alejandro. Tal vez se debía a su edad que él era cada vez más agradecido de tener a un nieto del que pudiera cuidar.
La cena de la empresa fue realizada en un restaurante cercano a sus oficinas y más de 10 miembros del personal se juntaron en una mesa larga; el restaurante sirvió todo tipo de platillos
que llenaron el espacio de la mesa. Ninguno de ellos tuvo que preocuparse por el precio de la comida que habían ordenado, pues todo lo iba a pagar la empresa.
Anastasia se sentó a un lado de Fernanda y las dos hablaron sobre la competencia que habia ocurrido. Siempre hubo buena competencia entre las empresas de joyeria dentro de la industria local, pero ninguno de los negocios mejor establecidos logró ganar algún premio en esa ocasión. iTodos los diseñadores estaban furiosos cuando se enteraron de que Anastasia fue quien se gano el premio!
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